La autocensura de la churrería ‘Manolito’ con Podemos

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La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) publicó ayer un comunicado «ante el acoso de Podemos a periodistas«, al considerar «totalmente incompatible con el sistema democrático que un partido, sea el que sea, trate de orientar y controlar el trabajo de los periodistas y limitar su independencia«. La medida de la APM ha llegado después, según destaca, de recibir una «petición de amparo» de periodistas «que se sienten acosados y presionados por el equipo directivo de Podemos, encabezado por Pablo Iglesias, así como por personas próximas a ese círculo«.

Dice Iñaki Gabilondo en su último videoblog publicado EL PAÍS que «Podemos se siente víctima del ataque de los medios de comunicación y responde atacando, siempre, y además, aludiendo a la autocensura como una especie de mecanismo que está actuando en su contra». Para el periodista, el ataque a los medios por parte de Podemos y Pablo Iglesias es de «gran inmadurez«, aunque reconoce que son «muy maduros» para muchas otras cosas, de forma que considera como algo «extremedamente chochante» esa «extraña dualidad, madurez-inmadurez, uñas y de acero y piel de mantequilla«.

Tras destacar que «el mayor enemigo de la libertad de expresión es el paro«, subraya que «una especie de tendencia a la precaución, al conservadurismo o a la supervivencia» es algo que está «en el comportamiento humano», de forma que la «autocensura no ha nacido para perjudicar a Podemos«, pese a reconocer que es «una enfermedad del periodismo«.

Llegados a este punto, me ha parecido interesante analizar cómo afectarían a Podemos diferentes ejemplos de autocensura de la churrería ‘Manolito’, una churrería como la que pueda existir en cualquier rincón del país.

La churrería ‘Manolito‘ es una de las más conocidas de la ciudad. No es la preferida de uno de los líderes podemitas de la zona, pero no puede resistirse a sus buenos churros. Le suele atender Paquito, un trabajador temporal. El podemita prefiere unos churros especiales a los que se venden. Unos diferentes, por ejemplo, a los que suelen comprar los banqueros, unos churros que considera demasiado ostentosos y capitalistas para ir comiendo tranquilamente por la calle. Paquito, que quiere quiere hacer bien su trabajo, decide por su cuenta prepararle unos churros especiales para que el dirigente de la formación morada esté contento y no le cause problemas. Pero ocurren una serie de situaciones que instalarán las dudas en Paquito.

1. ¿PERO QUÉ CHURROS LE ESTÁS DANDO A PODEMOS?

Uno de los compañeros del trabajo es el primero en darse cuenta de lo que está haciendo Paquito y le cuestiona su comportamiento. Se lo deja caer sin darle más explicaciones pero piensa que tendrá unos motivos razonables. Además, lleva más tiempo en el negocio. Comenta lo sucedido con más trabajadores y unos le dicen que no haga ni caso pero otros, lo contrario. Vaya lío porque todos le dan motivos razonables.

2. ¡NO PODEMOS DAR A PODEMOS UNOS CHURROS ESPECIALES!

El encargado de la churrería también abronca a Paquito al enterarse de los churros especiales para Podemos. Le explica con buenas palabras que son «normas» de la casa: «Es lo que hay Paquito, pero que te quede claro que hay normas aquí pero también en todas las churrerías. Y si el de Podemos te dice algo le contestas que no es una decisión tuya, que es algo que viene de arriba».

3. ¿ESOS CHURROS QUE DAS AL DE PODEMOS, SON ESPECIALES VERDAD?

La noticia de que preparan churros especiales para los de Podemos se extiende rápidamente por la ciudad y algunos vecinos, clientes también de la churrería, acuden molestos al establecimiento a confirmar el rumor. Algunos están muy molestos, entre ellos, incluso, clientes de toda la vida.

4. ¿PAQUITO, NO SERÁS DE PODEMOS?

Otros políticos de la ciudad que son clientes de la churrería se han enterado también de los churros especiales y le preguntan a ver si es de Podemos. Se da la circunstancia de que una de las autoridades es miembro del equipo de Gobierno del Ayuntamiento que ha dado nuevos permisos municipales para que la churrería pueda colocar una pequeña terraza en la vía pública.

5. ¡NUESTRO DINERO NO ES PARA CHURROS ESPECIALES PARA PODEMOS!

Paquito se entera de forma informal de que los dueños de la churrería, que son distintos a los que la llevan, tampoco ven bien dar churros especiales a Podemos.

6. ¡SI HAY CHURROS ESPECIALES PARA PODEMOS NO HAY PASTA!

La churrería recibe una elevada cifra gracias a las empresas privadas y entidades públicas que se anuncian en unos grandes rótulos que están instalados en el local y algunos de los anunciantes llaman a la churrería para quejarse.

7. ¿DE PODEMOS? ¿TÚ, NUESTRO PAQUITO?

Amigos de Paquito tampoco apoyan dar churros especiales a Podemos y se lo comentan.

¿SEGUIRÁ DANDO PAQUITO CHURROS ESPECIALES A PODEMOS?