Caracterizado por ser un trabajo en serie y con gran número de unidades, piezas de tamaño reducido cada vez de mayor precisión, y que necesita de maquinaria muy específica: tornos multihusillos, monohusillos, fresadoras/taladradoras, revólver, etc. el decoletaje ha experimentado en los últimos años un obligado proceso de regeneración en base a una mayor precisión y la incorporación de maquinaría más sofisticada y precisa.
En este sector clave de la industria, gana relevancia la especialización para apostar por costes más ajustados y una calidad del producto garantizada, lo cual es ofrecido en nuestro país por empresas punteras como el taller industrial especializado en decoletaje Floper, donde llevan fabricando piezas de revolución en tornos automáticos, tornos de levas y CNC más de 30 años, atesorando un equipo altamente cualificado.
Pero mantener esta industria cada vez es más complicado. La tradicional Formación Profesional ha contado con poco prestigio social en España, dando la espalda al enfoque práctico y la orientación al mundo laboral que esta modalidad ofrece, sin menospreciar que la demanda de estos profesionales ha aumentado un 14% en los últimos años y un 30% de las ofertas de empleo se dirige a titulados de estos ciclos. Siendo la Programación de la Fabricación Mecánica adaptada al decotelaje una de las titulaciones más demandadas que camina a la actualización del sector profesional base para el 90 por ciento de la industria española.
Pero realmente ¿qué es el decoletaje?
El decoletaje reside en la producción en cadena o fabricación en serie de piezas de revolución como son los tornillos, ejes o bulones, mecanizando material en barra mediante una herramienta de corte y para una fabricación mecanizada.
El decoletaje fue un proceso revolucionario en los inicios de la producción industrial, cuya base fue la cadena de montaje o línea de ensamblado, siendo hoy en día un sector subcontratista, que realiza piezas de precisión para áreas como el automóvil, la conectiva, la relojería, aeronáutica… incluso defensa y prótesis médicas.
Una labor, en la cual a pesar de la mecanización, continúa siendo fundamental el factor humano al trabajar con rango de diámetros comprendido entre los 0,1 milímetros y los 38 milímetros aproximadamente por norma general, pero que llega a tener precisión de 1 centésima de milímetro, e incluso menos, en algunos elementos.
El desconocimiento general de este «arte» es prácticamente un insulto cuando hablamos de un proceso de ingeniería tecnológica que es fundamental para fábricas, procesos de ensamblado… y supone el principio de la revolución mecánica, yendo de la mano con la revolución industrial que vive día a día el mundo de la industria.