La ocurrencia del alcalde socialista de Águeda, Germán Forindo, de ofrecer un lugar en el término municipal para los restos de Franco, tras aprobar el pleno del Congreso la exhumación del Valle de los Caídos, está provocando una avalancha de reacciones en las redes sociales y medios de comunicación, que también están recogiendo la propuesta del regidor del PSOE de construir una especie de Centro de Interpretación.
Detrás de las reacciones que están siendo publicadas en las principales plataformas digitales de las redes sociales están perfiles de ciudadanos de pueblos de toda la provincia, aunque con una especial representación de voces del oeste salmantino, donde el asunto está teniendo una significativa repercusión.
Al igual que la mayoría de los comentarios digitales realizados por parte de los vecinos, las declaraciones que están saliendo por parte de las diferentes formaciones políticas van desde la sorpresa hasta la indignación. Las primeras valoraciones que están llegando de algunos de los principales cargos del PSOE en la provincia están tratando de quitarle hierro a la ocurrencia al considerarla una simple ‘boutade‘. No obstante, políticos de otras siglas, como vecinos, están preguntando si se trata de una broma al entender que, en caso contrario, sería un tema «muy grave«.
En Las Arribes, al alcalde de Pereña, Luis Rodríguez, no se ha tenido que pensar la respuesta tras ser preguntado por Salamanca News, y pese a representar las mismas siglas socialistas que también, presuntamente, ostenta el regidor de Águeda, ya que la posición de cada uno de los dos regidores, en virtud de las antagónicas manifestaciones realizadas, resulta por lo tanto racionalmente incompatible con una mismo proyecto ideológico.
Un «sinsentido«, un «absoluto despropósito«, señala al respecto el regidor de Pereña, Luis Rodríguez, que interpreta la ‘boutade’ como un fruto del «afán de notoriedad y el minuto de gloria que necesitan algunos personajes que se dedican a la acción pública, por decirlo de alguna manera, para salir un poco del ostracismo y del anonimato en el que están metidos», una forma de «hacerse ver y notar» ante las que el regidor recomienda no darles relevancia.
La polémica ha llegado poco después de que la entidad local menor salmantina, con apenas un centenar de habitantes, se quitara el apellido ‘Caudillo’ al objeto de cumplir la Ley de Memoria Histórica.