El epicentro de la cabeza de comarca —los soportales de las Cuatro Calles del bar ‘El Junco’, actualmente cerrado— acogió ayer el estreno de los nuevos actos de protesta semanales que se desarrollarán en Vitigudino contra la mina de uranio, tras el acuerdo del equipo de Gobierno del PSOE, impulsado por el alcalde, Germán Vicente, con la empresa minera australiana Berkeley.
La convocatoria se desarrolló de forma totalmente pacífica y respetuosa, integrada en una animada jornada, al coincidir con el tradicional ‘martes de mercado‘, mucho más concurrido que lo habitual con motivo de la etapa estival y el inminente chupinazo de las Fiestas y Ferias 2017.

La cita fue organizada por Asamblea Salamanca Antinuclear y la plataforma vecinal Stop Uranio, que montaron una mesa informativa, que no pasó desapercibida al localizarse en uno de los lugares más concurridos de Vitigudino y donde se concentran las terrazas —repletas en esta jornada de gente— de algunos de los principales bares del municipio. Además, se incluyó una perfomance.
Según la información facilitada por los organizadores a Salamanca News en unas declaraciones realizadas durante el transcurso de la convocatoria, el acto de hoy, organizado de forma simultánea también en Ciudad Rodrigo, ha estrenado las nuevas protestas que se realizarán con frecuencia semanal en Vitigudino, coincidiendo con los martes de mercado.
Además, los organizadores desvelaron haber recibido varias visitas de ediles del equipo de Gobierno socialista que no valoraron de forma positiva, en el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión, reconocido en la Constitución Española, una vez que, según explicaron, la convocatoria se mantuvo «en todo momento» dentro de la legalidad.
«Están muy confundidos los ediles del equipo de Gobierno o el alcalde si piensan que Vitigudino es una propiedad socialista, porque Vitigudino está en España, no en Venezuela» subrayó el portavoz de Ciudadanos, Antolín Alonso, antes de dar el apoyo de la formación naranja a la convocatoria informativa organizada por Asamblea Salamanca Antinuclear y Stop Uranio. «Que cuenten con nosotros«, señaló antes de anunciar que se sumará a los próximos actos que se organicen en Vitigudino.
El evento tuvo también el respaldo de vecinos de la comarca, entre ellos, de Yecla de Yeltes, uno de los pueblos más reivindicativos. Durante su desarrollo también se dio lectura de un manifiesto para informar de las posibles consecuencias negativas que supondrá para la zona la construcción de la mina de uranio. Entre las posibles repercusiones afectadas, señalaron consecuencias, entre otras, medioambientales, en la salud de las personas, sobre el ganado y los recursos de la zona cercana al uranio. Sin embargo, Berkeley viene negando con rotundidad la posibilidad de cualquier consecuencia negativa, ya que para la empresa, la mina de uranio sólo supondrá beneficios para la zona, sobre todo a través de la creación de puestos de trabajo, directos e indirectos. Además, también viene destacando que las actuaciones desarrolladas para su construcción se ajustan de forma escrupulosa a la legalidad.
Además, denunciaron que «cuando las protestas contras las grandes compañías mineras amenazan su negocio o ponen en tela de juicio su legalidad se restringe el derecho fundamental a la libertad de expresión, como el caso del bloguero Jesús Cruz, que es acosado por Berkeley por sus escritos contra la mina«.
El manifiesto fue también entregado para su lectura a los vecinos, comercios, empresas y asociaciones que se pasaron por la mesa informativa con el objetivo de dar el apoyo a las reivindicaciones con firmas, otra de las acciones que también serán realizadas los próximos ‘martes de mercado’.
Sobre la reacción de los vecinos de Vitigudino al movimiento de rechazo que la mina de uranio está protagonizando, con un mayor respaldo, entre vecinos y alcaldes de los pueblos más pequeños, resulta un hecho que la cabecera de la comarca no está siendo origen precisamente de las principales voces vecinales contra el proyecto. Tampoco parece que los comercios, empresas y asociaciones quieran significarse en esta ocasión, por lo menos con la misma intensidad que lo hicieron, por ejemplo, con anteriores problemas de los pueblos de la comarca.
Es posible que Vitigudino interprete lo de la mina de uranio como algo lejano, como que no es una guerra de la cabecera de la comarca, que es algo que no les afecta directamente como pueda hacerlo con los pueblos más cercanos, como Retortillo o Villavieja de Yeltes. Pero tampoco es la cabeza de comarca un lugar donde sea fácil encontrar numerosos testimonios a favor del proyecto.
En Vitigudino, la mina de uranio no está provocando un rechazo visible, como sucede en Yecla de Yeltes. Ni hay tampoco numerosas voces críticas, visibles, como salen de Villares de Yeltes, Villavieja de Yeltes o La Fuente de San Esteban. Pero tampoco esa confrontación entre el ‘sí’ y el ‘no’ de Retortillo. Un juego de palabras que se ha extendido por Vitigudino es el de ‘mina no’ pero no-mina sí. La paradoja supone un complicado equilibrio entre rechazar la mina pero al mismo tiempo apoyar los puestos de trabajo que ha creado o puedan llegar con la iniciativa. O el equilibrio entre apoyar la mina, pero sin ponerse de frente a los vecinos y pueblos de la comarca que la rechazan.
Optar por elegir una posición de «neutralidad» —lo de la mina de uranio no va con nosotros— que parecía haber escogido Vitigudino, está siendo un problema cuando la propia cabecera de comarca se está convirtiendo en uno de los epicentros de las protestas tras firmar el Ayuntamiento un acuerdo con la empresa minera Berkeley. El alcalde, Germán Vicente, parece que está intentando nadar y guardar la ropa, defendiendo esa neutralidad, como hizo en el pleno, de que una cosa es el acuerdo con Berkeley para plantar encinas y otra cosa muy distinta es la mina de uranio, con la que el Ayuntamiento de Vitigudino no tiene nada que ver, es algo que no va con nosotros.
La supuesta neutralidad del alcalde también le viene muy bien al partido, al PSOE, porque en Salamanca está echando pestes contra la mina de uranio. En Vitigudino, claro, hay un problema, porque el alcalde socialista ha firmado un acuerdo con Berkeley, pero hay que explicar bien a los vecinos que una cosa es la mina de uranio y otra, plantar encinas en Vitigudino. Que le pregunten que opina del acuerdo de Vitigudino con Berkeley al regidor, también socialista, de Villavieja de Yeltes, Jorge Rodríguez.