«El adiós a Iberbanda o la puntilla al oeste salmantino», por Óscar Sánchez

Palabras de indignación del alcalde de Ahigal de los Aceiteros tras el adiós de Iberbanda

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Escrito enviado a SalamancaNews por Óscar Sánchez, alcalde de Ahigal de los Aceiteros, que asegura sentirse «indignado» por el repentino adiós de Iberbanda, una empresa que venía prestando el servicio de internet a numerosos pueblos de la provincia salmantina, localidades que, en algunos casos, dependían de forma casi exclusiva de este sistema para evitar la desconexión digital. Y ahora, de repente, Iberbanda se ha ido y estos pueblos se han quedado tirados, como se están quejando los vecinos y alcaldes. Si antes se quejaban de que el ‘internet rural’ era muy lento y caro —por lo menos nada que ver con los precios y velocidades cada vez más competitivos de las ciudades— ahora están comprobando con verdadero asombro que en lugar de hacia adelante, la precaria situación en los pueblos incluso puede ir a peor.

Las palabras del alcalde de Ahigal de los Aceiteros —localidad del oeste salmantino con apenas un centenar de habitantes y situada a 105 kilómetros de la capital— que a continuación siguen son un grito de desesperación, como el que pide auxilio en un mar embravecido cuando la corriente le empuja hacia dentro. Sí, esos alcaldes que se están dejando la piel para que los pueblos no mueran, están cada vez más cansados, de nadar contracorriente. Y piden ayuda, están pidiendo ayuda, gritando a pulmón, ¿pero es que no estáis escuchando sus gritos? 

Son gritos que están reclamando los servicios más elementales, tanto como puede ser internet en la actualidad. Imprescindible para los vecinos, para el funcionamiento de las administraciones locales; esencial también para la actividad comercial comercial e industrial. ¿Y para el turismo?

Óscar Sánchez, alcalde de Ahigal de los Aceiteros

Como otros usuarios, hace unos días recibimos una carta de Iberbanda en la que nos informaban de que de forma unilateral dejarían de prestarnos los servicios contratados de telefonía e internet. No nos ofrecían ninguna alternativa ni tampoco nos proponían soluciones. En su atento escrito nos indicaban que el cese del servicio se produciría el próximo 26 de junio. Sin embargo, el pasado 12 de junio comprobamos con sorpresa que dejó de funcionar la línea telefónica y que se redujo de forma significativa la velocidad de internet. Y el día 14, simplemente, dejó de funcionar. 

Una vez más, en el oeste de la provincia, constatamos que seguimos abandonados por las empresas y las instituciones. ¿Qué hacemos los que hemos invertido nuestro dinero, ilusiones y esperanzas en montar una industria y vender nuestros productos por internet? ¡Qué ilusos fuimos!, al pensar que podíamos ser iguales al resto de salmantinos, habitantes del territorio castellanoleonés y españoles…